miércoles, 20 de octubre de 2010

Actividad complementaria. ¿Clases o empanada a la boloñesa?

Comparto firmemente lo que el articulo defiende.Es meridinao que el darle un mayor protagonismo a los alumnos les proporcionaría un mejor aprendijaze, pensamiento crítico, y una mejor capacidad de selección y retención de información. Además, los profesores, al adecuarse al nuevo cambio, se involucrarían más, erradicando la dejadez que ha contaminado el sistema educativo.

El sistema quiere cabezas vacías que llenar, en lugar de una población activa que se de cuenta de que el pan y circo al que estamos sometidos no va a ningún lado. Por ello, pone una interminable lista de barreras burocráticas que convierte la educación en una carrera de obstáculos, y que acaba por aburrir hasta al el más predispuesto. Esto hace que los alumnos no tengan motivación, y los profesores tampoco, destruyendo vocaciones que llamaban a prosperar.

Oigo que la gente se queja de que se necesitarían más dinero para el Plan Bolonia que el actual y que lo tendríamos que pagar nosotros puesto que el gobierno no tiene dinero. Sí que es cierto que se necesita una mayor inversión, pero me parece increíble que gran parte de ella vaya destinada a eventos deportivos como el futbol indoor, la copa américa o la formula 1, o religiosos como la visita del papa, que aún se están pagando debido a las deudas. Lo he dicho ya pero lo repito. Pan y Circo.

Parece que la educación no le interesa a nadie. El cambiar su sistema, yo creo que es algo incómodo, más que perjudicial. Como el ponerse a dieta, hacer ejercicio, o dejar de fumar. Siempre se encuentran excusas para no hacerlo, pero mientras tanto nos vamos quedando atrás y por lo pronto el 90% de Europa ya nos lleva ventaja otra vez, para variar.

Actividad Complementaria. La clase

Buena película.

El hecho de que los niños de la película no sean actores, sino chicos y chicas normales de colegio, le da mucha veracidad. No hay mejor representación que la vida misma.Me parece muy bueno el enfoque que se le da al abandonar el escenario típico en el que sólo fallan los malos profesores, y de repente llega uno un tanto distinto y lo cambia todo antes de que te hayas podido dar cuenta.

Me gusta que muestren que es muy difícil también para los buenos profesores, y creo que relatan bien el proceso mediante el cual el profesor va acercándose a los alumnos.

Actividad complementaria Vargas Llosa

Todo lo que Vargas LLosa critica en el deporte, también lo criticamos lo que lo practicamos. Que exista en algunos casos no quiere decir que el deporte sea eso que él argumenta. Es una opinión partidista y un tanto demagoga, por parte de quién quizás sufrió los apaleamientos de un sistema que pone la victoria y virtudes físicas frente a todo. En eso estoy de acuerdo con él. En el fomentar más la libertad y eliminar en cierto modo los beneficios extrínsecos que la victoria conlleva, pues es en la motivación extrínseca donde empiezan a surgir los problemas y donde todo vale para conseguir un fin.

La educación es clave en este sentido. La educación desde los clubes, familias, colegios, entornos sociales, etc...Algo parecido ocurrirá en el mundo de la narrativa, en el que hay patadas por publicaciones y autores, y donde las editoriales entonan un "todo vale" para apoderarse de cierto escritor que gane premios, indudablemente meritosos y prestigiosos, a nivel internacional.

Actividad obligatoria 2. Ensayo ¿Qué es educar?


¿QUÉ ES EDUCAR?

La educación es clave, lo sabemos todos. Es cierto que se ha desarrollado mucho en los últimos tiempos, pero no lo suficiente. Vivimos en un sistema basado en los resultados, en el que el fin justifica siempre los medios, y donde por lo tanto se reduce el objetivo del aprendizaje a los resultados, que son obtenidos en un momento puntual y a veces casi por accidente. No se le da importancia al proceso de aprendizaje, en el que el sujeto va aprendiendo de la experiencia, madre de toda sabiduría, que además le va forjando en la realidad que le rodea, amamanta y prepara para un futuro.

Esto conlleva varios riesgos. En primer lugar fomenta una competitividad insana y casi animal por la obtención de resultados, y en segundo crea una mala formación y alienación de la sociedad en la que estamos tan ocupados por llegar a la meta que no sabemos lo que está pasando a nuestro alrededor.

La presión del entorno puede llegar a ser tal, que justifica casi cualquier cosa para obtener un resultado. Claro, ni se te ocurra pararte a digerir lo que estás aprendiendo, a ser amable con el compañero, a intentar adecuar lo que se te enseña con la realidad social, ¡no se te está pidiendo! Puedes sacar un 10 sin tener esa capacidad y eso es todo lo que necesitas para llegar a la meta. De hecho se te critica si lo intentas, pues entonces estás perdiendo el tiempo que podrías utilizar para atiborrarte de lo que después tienes que vomitar. Qué decir tiene que cuestionar este sistema te dejaría K.O. social y laboralmente, o duramente aturdido en el mejor de los casos.

No se miran las habilidades sociales, humanas, que a veces se interponen en los resultados. Es lógico, se tarda más en educar a una persona que en hacerla memorizar. Esto hace que tengamos todos que seguir el ritmo frenético impuesto por un sistema desconocido al que hay que satisfacer y en cuyas manos dejamos nuestra satisfacción personal. Díaz Barriga (2006), habla de un “pregonamiento general del pragmatismo exacerbado, un estado de “placer” o “satisfacción” inmediato y una visión de lo útil.”

Pero es también el propio entorno más cercano, el que consideramos como báculo de nuestras desdichas, el que habiendo sido ya infectado puede estar haciéndonos más daño. El otro día escuchaba en la radio una entrevista al ex presidente del gobierno Felipe González, en la que desarrollaba algunas de las ideas de su nuevo libro “Mi idea de Europa”. Gran parte de la entrevista estuvo destinada a hablar sobre la situación educativa y social de España. Él remarcaba esta misma idea. “Los padres no dudan en pagar una entrada del piso a sus hijos, pero rara es la vez en la que están dispuestos a apoyar moralmente o financiar un proyecto, una idea abstracta, algo nuevo en resumidas cuentas. Prefieren que se haga funcionario y punto“. Y es cierto, muchos piensan que lo mejor es ir a lo seguro, a lo que ya está hecho por el sistema, para formar parte de él desde una posición “privilegiada”. Es una visión un tanto egoísta de la sociedad si lo pensamos, pues tendemos a criticar el status quo, únicamente cuando no nos es favorable desde un punto de vista personal y subjetivo. Sería algo así como mirar los toros desde la barrera, en lugar de coger el toro por los cuernos.

Son muchas las teorías sobre cómo inculcar esas capacidades sociales y humanas en la población joven, centrémonos en las que incluyen el entorno educativo como co-responsable en la formación de esos valores. Amparo Martínez Sánchez, en su división del campo didáctico, habla de tres dimensiones; la interactiva entre el profesor y el alumno, la curricular, y la situacional, en la que se incluyen aspectos ambientales, socio estructurales, organizativos y del clima del aula. Por su parte, José Ángel Paniego disecciona el ámbito educativo-escolar en varios apartados, entre los que se encuentran; realidades sociales, medios de socialización, medios instrumentales, actitudes cooperativas grupales, y el desarrollo personal.

Es cierto lo que dice Fernando Savater, cuando asegura que el ser humano no elige la realidad, y por ello debemos hacernos parte de ella , involucrarnos para que ésta se beneficie de nuestro conocimiento del mismo modo que nosotros lo hacemos de ella.

martes, 12 de octubre de 2010

Actividad propuesta. Problema SchÖn.

Hoy en la práctica, hemos trabajado sobre los dos problemas que existían en dos situaciones de enseñanza diferentes.
El primero era de aparente fácil solución; Una alumna de atletismo tenía problemas en la batida de salto de longitud. El problema es analítico, tiene una solución clara, instrumental. A esto yo añadiría la definición que Passmore propuso acerca de capacidades abiertas y cerradas. En este caso, sería una capacidad abierta, en la cual la repetición de ejecución va haciendo más fácil la solución, que acaba siendo autómanta. Según SchÖn habría una separación entre fines y medios.
El segundo era un tanto más complicado. Es un problema humano, en el que hay que entender el contexto en el que se da la situación para poder resolverlo. La racionalidad técnica sola, se queda corta en este caso, y se debería de hablar de una separación entre reflexión y acción (SchÖn). Se deberían de dominar las capacidades abiertas, que son más humanas, y cuya repetición de ejecución, lejos de facilitar su ejecución hace más complicado aún llegar a dar con su éxito resolutivo.
Sobre éste segundo ejemplo hemos estado debatiendo y reflexionando. El profesor ha comentado que al ser imprescindible la reflexión, no hay una única solución al problema, algo que varios le han denegado. En mi opinión, todos son culpables y vítimas al mismo tiempo. Vayamos uno por uno.
Marta: Debería estar más atenta a la clase, actuar de mediadora i anticiparse a las situaciones de riesgo, como buen árbitro del juego. Si tienes alumnos que no tienen las mismas capacidades que otros, hay juegos más cooperativos en lugar de tan competitivos, y proporcionar un feedback adecuado que estimule la motivación de los alumnos siempre ayuda. No obstante, el juego no es un mal juego dentro de lo que cabe, pues los niños necesitan la competición, pues es una fuente de diversión enorme. ¿Entonces, que otros factores se han visto involucrados en el problema? ¿Deberíamos considerar a Marta como una víctima al haberse preparado en un entorno que le ha transmitido unos valores de la educación física que no son los mejores?
María: Es una niña al fin y al cabo. Es cruel y por tanto culpable, pero también una víctima. Víctima del entorno que le ha hecho sentirse superior a otros alumnos por el mero hecho de tener mejores habilidades que el resto. Esto es algo que se ha fomentado siempre en la educación física, con la orientación que se le da, y la responsabilidad de ésto es de la profesora.
Juan: Es un niño avasayado por las burlas y bochornos públicos a los que aún no se ha acostumbrado, ni ante los que se ha resignado. Eso es al menos una buena noticia. Él siente que está participando en la clase y que de repente le quitan la pelota y de paso le recuerdan lo gordo que está. Bien, es entendible que se pueda poner a llorar, pero es peligroso darle la razón por eso, pues entonces estaríamos discriminando a los demás. No se puede resolver una discriminación con otra. Eso es probablemente a lo que Juan está a costumbrado, y por eso se pone a llorar. Si en lugar de bailarle el agua, se le proporciona un reto que pueda conseguir, y ante cuyas adversidades él pueda imponerse, lo más probable es que empiece a llorar, pero también le estaremos haciendo un gran favor a largo plazo. Se podría decir que Juan también es una víctima.
Con estos tres análisis, nos damos cuenta de la complejidad del asunto. Hay que reflexionar, no hay una solución clara y concisa que vaya a resolver el problema. Todos son víctimas e infractores.
Yo creo que para solucionar este asunto, no hay que detener la clase. Hay que reñir/castigar/actuar sobre María, y después hablar con Juan en presencia de María comentándole que en esos casos no se debe llorar, sino comunicar el problema habido al profesor. De este modo la clase no se interrumpe y los dos ven que su comportamiento no les va a llevar a ningún lado. Lo que está claro es que es un problema que no se puede dejar pasar o pensar que es algo "normal" en una clase.
En cuanto a si esto es una solución, o más de una, etc... lo cierto es que no me importa lo más mínimo, el caso es que se tenga en cuenta. No hay tiempo de meterse en batallas terminológicas, pues son, salvo en contadas ocasiones, una pérdida de tiempo. Sí que es cierto que se debe reflexionar sobre el tema, que la solución no es analítica, y que alomejor la solución que yo he propuesto no sea certera, pero si nos planteamos ese hecho como un problema, estaremos en el camino correcto para llegar a su solución. Es una cuestión de actitud; humana, abierta, reflexiva, social... como quiera llamársele.

Actividad obligatoria 1. "El valor de la enseñanza"

EL VALOR DE LA ENSEÑANZA


Este capítulo trata varios temas subyacentes, pero todos ellos giran alrededor del mismo eje; El valor humano, social y moral que se está olvidando y que tanta falta hace, y el proceso mediante el cual se erradicó lo humano para darle el protagonismo a lo instrumental.

Comienza con la importancia de lo social, las relaciones humanas. Habla del tiempo y del espacio como el escenario sobre el que nos tenemos que mover. El espacio por ser nuestro hábitat, y el tiempo como algo relativo, pues no ha vivido más quien más años ha vivido, sino quien más vida ha tenido en sus años. Esto conlleva que cualquiera pueda aprender de cualquiera, profesores de alumnos, padres de hijos, niños de otros niños, etc… Es una crítica clara a lo jerárquicamente establecido, donde las relaciones son unidireccionales para alimentar la vanidad de los supuestos eruditos. Se puede relacionar con el nuevo sistema educativo, donde los alumnos pueden enseñar algo al profesor, forman parte activa de la clase.

Hoy en día se le da más importancia a los aspectos funcionales, y “políticamente correctos” que a los humanos, cuando el protagonismo debería ser compartido en el peor de los casos. Se comenta en el capítulo que alguien para aprender algo tiene que tener en cuenta el pasado para poder relacionar el nuevo contenido, y también el futuro, para que ese contenido pueda perdurar. Pues bien, para que esto se dé es imprescindible el factor humano, el no estar alienado de la gente, el no sentirse mejor o superior por dominar factores funcionales. Lo aprendido se debe relacionar, y para ello es necesario abandonar la idea de educación de que los alumnos deben vaciar sus cabezas para llenarlas de la sabiduría de las “eminencias”. También se tiene que poner en práctica, por lo que habrá que relacionarse con el mundo para demostrar que se entiende. Esto me huele a boloñesa…

Para explicar esto, Savater hace un trabajo espléndido al explicar algo tan contundente y objetivo como la historia del mundo como principal razonamiento que soporta esta idea.
Habla de que en Grecia había un pedagogo, quien se dedicaba a enseñar a los niños los valores humanos, sociales y trascendentales para la vida, y un educador, quien se centraba en los factores instrumentales. Se le daba más importancia al primero, quien preparaba para una vida activa, que al segundo, quien enseñaba las facultades necesarias para la vida productiva. No obstante, los dos tenían su parte del pastel.

También hace referencia a John Passmore para explicar lo mismo de un modo distinto. Las capacidades abiertas y capacidades cerradas. Las capacidades cerradas son aquellas que se pueden dominar absolutamente. Aquellas cuya práctica hace la perfección y en las que el automatismo es el límite de lo que es considerado más funcional que otra cosa. Por otro lado, las capacidades abiertas son todo lo contrario. Las cuanto más se ejercitan más se complican y cuyo completo dominio es imposible, pues su margen de mejora es infinito. Ejemplos serían el razonar, hablar, etc..

Estas últimas están ligadas a lo denominado “capacidad de aprender”. Esa actitud e inquietud que llama activamente al aprendizaje, sin el estímulo de una persona “superior” que motive a abrir la cabeza para entonces llenarla de datos. Es algo de muchísimo valor, pues no tiene fecha de caducidad ni de expiración con la entrega de un diploma.

Todo lo descrito se puede relacionar fácilmente con la situación del cambio de modelo educativo actual. Hasta ahora, se le da más importancia a lo funcional, instrumental y automatizado que a lo natural, social y humano en el aprendizaje. Sólo se buscan “almacenes que llenar”, o “estanterías vacías” que se dediquen a satisfacer lo establecido y no cambien la situación que a tantos puede estar beneficiando egoístamente. Se debe recuperar el “intercambio social”, el “reconocimiento de lo humano”, que haga a las personas libre para poder elegir. Se le daría más al “coco”, y se fomentaría el pensamiento crítico que los de arriba tanto temen (curriculum oculto). Los alumnos con el plan Bolonia son tratados de un modo igual que los profesores. Se les da la oportunidad de ser útiles en base a su poder humano, social e intuitivo.